miércoles, 13 de enero de 2010

Historia y características geográficas

HISTORIA Y CARACTERÍSTICAS GEOGRÁFICAS

El Campo de Montiel es una comarca histórica dentro de la actual comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, enclavada en el Sureste de la provincia de Ciudad Real, y Suroeste de la de Albacete, formando la parte meridional de la llanura manchega. Incluía también los municipios de Chiclana y Beas, hoy en la provincia de Jaén. Forma un cuadrado de unos 70 Km de lado y sus límites son al oeste la carretera nacional IV, al norte, su límite más discutido, comprende hasta Osa de Montiel para unos y otros pueblos más de la provincia de Albacete para otros, por el este le sirve de límite el de la provincia de Ciudad Real y al sur las estribaciones de Sierra Morena.


Su enclave privilegiado en el cruce de importantes vías le hizo ser, desde antiguo, un espacio por el que cruzaban hombres, ideas y mercancías.

Según en que momento detengamos el tiempo esta comarca abarcará unos territorios u otros.

Históricamente formada por los municipios de Albaladejo, Alcubillas, Alhambra, Almedina, Carrizosa, Castellar de Santiago, Cózar, Fuenllana, La Solana, Membrilla, Montiel, Ossa de Montiel, Puebla del Príncipe, Ruidera, San Carlos del Valle, Santa Cruz de los Cáñamos, Terrinches, Torre de Juan Abad, Torrenueva, Villahermosa, Villamanrique, Villanueva de la Fuente y Villanueva de los Infantes. Todos ellos en la provincia de Ciudad Real, excepto Ossa de Montiel que se encuentra actualmente en la de Albacete.



Las características geográficas de esta comarca (monte bajo, terreno ondulado), se extienden mucho más allá hasta algunos municipios vecinos de la provincia de Albacete, como Povedilla, Viveros, El Ballestero, El Bonillo, Lezuza, Munera, Balazote y La Herrera, poblaciones del antiguo Señorío de Alcaraz, llegando incluso, hasta bien entrado el término municipal de Villarrobledo (paraje del molino de La Pasadilla). Estos municipios junto a Ossa de Montiel, todos de la provincia de Albacete, conforman lo que actualmente también se ha denominado Campo de Montiel de Albacete.

Por otra parte, algunos municipios del norte de la provincia de Jaén han tenido intensos lazos históricos con esta comarca como Chiclana de Segura y Beas de Segura, cuyas encomiendas formaron parte del partido del Campo de Montiel durante mucho tiempo.

En él se encuentran las Lagunas de Ruidera, cabecera del río Guadiana. También nacen en esta comarca los ríos Azuer y Jabalón, ambos afluentes del Guadiana, así como los ríos Dañador, Guadalén y Guadalmena, tributarios de la cuenca del Guadalquivir.

En estas tierras situó Miguel de Cervantes el comienzo de las hazañas de su personaje más universal, Don Quijote de la Mancha: (Capítulo II) "Y comenzó a caminar por el antiguo y conocido Campo de Montiel y era verdad que por él caminaba"

En la actualidad el Campo de Montiel no existe desde el punto de vista administrativo, no hay un partido judicial ni una comarca que oficialmente así se llame. A pesar de este hecho, de ser ignorado por las Instituciones, silenciado por la Administración, y soslayado por los naturales, existe el Campo de Montiel como realidad geográfica, histórica y cultural. Ser con entidad propia y existencia autónoma; admirado por muchos y conocido desde antiguo, aunque hoy se haya olvidado casi por todos, incluso por los propios.


Ø Relieve:


Las tierras de la región castellano manchega en su conjunto presentan una altitud media elevada y una clara tendencia a las superficies planas correspondientes al carácter meseteño de la misma.

Campo de Montiel ofrece elementos diferenciadores bastante evidentes. En primer lugar es una altiplanicie con una altitud media más elevada que la Mancha (900-1000), además su cubierta vegetal recuerda más a las sierras y parameras del Sistema Ibérico que a otras zonas. Así pues podemos decir que es una altiplanicie caliza, incidida por las cuencas fluviales del Jabalón y del Guadiana (Ruidera), con una vegetación de encinas, matorral y sabinas cuando el suelo no ha permitido el desarrollo de una agricultura extensiva.

Ø Climatología:

En general, el clima es la consecuencia de la continuidad sucesiva de los distintos tipos de tiempo sobre un espacio y este depende tanto de elementos puramente meteorológicos como de factores geográficos diversos, algunos de ellos muy importantes y en esencia definidores de las variables climáticas.

Al mismo tiempo que el clima influye en la configuración del relieve y en la vegetación, la distribución de los elementos del clima, como la temperatura y las precipitaciones dependen estrechamente de la topografía y cubierta vegetal; de ahí que se pueda establecer una interrelación clima – vegetación – relieve.

La configuración del relieve en todo el Campo de Montiel hace que en toda la zona el clima predominante sea de tipo mediterráneo – oceánico.

Tiene una pluviometría media de unos 526 mm. Las temperaturas muy extremadas pudiendo oscilar entre los 43º, a bastantes bajo cero, con veranos largos y extremadamente calurosos durante el día y diferencias termométricas hasta de 20º con la noche, inviernos crudos e igualmente largos, por lo que apenas hay primavera ni otoño, esto le da un nivel de aridez muy

elevado que nos permite considerarlo de clima continental subdesértico, dentro del subtropical.

Los días de nieve que corresponden principalmente a los meses de diciembre, enero y marzo, no son muchos durante el año a pesar de las mínimas temperaturas, si bien la nieve persiste algún tiempo debido a las bajas temperaturas.

Los días de niebla escasean y en lo que respecta a los días de lluvia, nubosos, cubiertos y despejados, los datos reflejan un ambiente bastante despejado, con cielo limpio de un color azul intenso, siendo los días de lluvia más bien escasos, como corresponde a un clima de altiplanicie continental.

La dirección de los vientos más dominantes es la del Sudoeste que, junto a los del Sur, menos frecuentes, denominándose de la región Agregos, estos son los que proporcionan las lluvias procedentes de las borrascas del Atlántico. En ocasiones llevan un rumbo del Oeste, proporcionando beneficiosas precipitaciones. Cuando soplan con insistencia vientos del norte son fríos y muy perjudiciales para las plantas. Los Solanos del Este y Sudeste suelen ser secos y contraproducentes en verano en alto grado, ya que agotan los cultivos, al aumentar la transpiración de las plantas.

En invierno no es rara la presencia del viento Cierzo, o del Norte, que trae nevadas y fuertes heladas, las cuales son temidas en primavera por los grandes daños en el campo.


Ø Hidrografía


Los ríos del Campo de Montiel son el Guadiana y sus afluentes Jabalón, Azuer y Pinilla; el Río de Villanueva y Guadalén como afluentes del Guadalquivir, junto al Río del Jardín ya afluente del Júcar.

Estos ríos no nacen en zonas de relieves muy elevados ni tienen una cabecera muy marcada en la que recojan la mayor parte de su agua, sino que se van nutriendo de fuentes naturales con las que se encuentra a lo largo de su recorrido. Por tanto, además del agua superficial hay que destacar la importancia del agua subterránea, dada la naturaleza caliza de la mayor parte de las rocas. Y es que, a lo largo de todo el territorio, está encerrada una gran cantidad de agua que, no en pocas ocasiones, aflora en fuentes o manantiales

(En la imagen podemos ver fresnedas y hoces del Río Guadalén)

El Jabalón es uno de los ríos más importantes que surcan el territorio. Nace en Montiel recogiendo agua de varios manantiales y fuentes. Sus aguas discurren en dirección oeste y recibe las aguas del arroyo Segurilla, cerca del Castillo de Montiel.

Además de estos ríos aparecen en la zona numerosos arroyos, cuyos cauces discurren sin agua la mayor parte del año. Incluso los principales ríos citados anteriormente se ven sometidos a un fuerte estiaje, especialmente en verano, ya que se pierde mucha agua por evapotranspiración y, además no llueve. Con las primeras lluvias de otoño, los ríos y arroyos más importantes comienzan a coger agua, pero es en invierno cuando estos circulan con mayor caudal. En primavera, de nuevo, el agua comienza a escasear en los ríos y arroyos.

Además de los ríos y aguas subterráneas, es importante destacar la presencia de pequeños humedales y lagunas. Estos humedales están sometidos a una fuerte estacionalidad, y pueden pasar años sin ver llenas sus cubetas.

Las más relevantes son las lagunas Blanca y de La Nava, en Villahermosa, el Navajo Chico y el Navajo Grande en Alcubillas.

(Imagen del entorno de la Laguna Blanca)





Ø Flora y fauna:

La formación hidrológica más importante y característica son las lagunas de Ruidera, caso excepcional en la península, formadas por una red o cadena de quince lagunas que comenzando en la Blanca a 880m. de altitud, termina en la Cenagosa a 760m.; y en efecto, sorprenden a quienes las ven por primera vez con su agua verdosa entre tanta aridez circundante. La vegetación potencial más extendida, que ocupó antaño estas tierras y a la cual evoluciona de forma natural, se corresponde con los encinares manchegos. Estos encinares, en sus etapas maduras, se caracterizan por el dominio casi absoluto de la encina, carrasca, chaparra, o mataparda, acompañada de enebros, cornicabras o aladiernos.

(La imagen corresponde a una Sabina de Villahermosa)


Los matorrales están compuestos de coscoja o maraña (Quercus coccifera), retama (Retama sphaerocarpa), romero (Rosmarinus officinalis), y sobre todo abunda la romerina (Cistus clusii), apareciendo otras especies comunes con los encinares silicícolas: espino negro (Rhamnus lycioides), jazmín (Jasminum fruticans) y torvisco (Daphne gnidium). Los lugares donde el suelo ha ido perdiéndose son ocupados por matorrales bajos (tomillares, salviares y esplegueras), o lastonares y espartales si el suelo ha sido destruido por completo.

La altiplanicie meso-supramediterránea por encima de los 900 m del Campo de Montiel entre Peñarroya-Carrizosa-Villahermosa y Villanueva de la Fuente ha sido menos degradada debido a que las mayores heladas son más limitantes para los cultivos, aunque en los años 80 se roturaron extensas zonas para implantar regadíos que hoy se subvencionan por no regarse. Entre estos posee mucha importancia los almendros, mientras que el olivar desaparece paulatinamente con la altitud junto a los coscojares, retamares, espartales y la romerina, especies termófilas del encinar manchego

Los bosques de ribera potenciales que deberían existir en el cauce del Río Jabalón serían los pertenecientes a las series riparias sobre suelos arcillosos ricos en bases del Orden Populetalia albae: choperas (Rubio tinctori-Populeto albae S.) en la orilla y olmedas (Aro italici-Ulmeto minoris S.) en la banda más alejada del agua.

La fauna al igual que la flora, es la propia de las estepas mediterráneas, siendo particularmente abundantes la perdiz, el conejo y la liebre y que todavía hoy se siguen cazando.


Las zonas que han permanecido con una menor intensidad de explotación han conservado una nutrida y diversa población faunística: aves esteparias, mamíferos, reptiles y anfibios...

El mantenimiento de la masa de agua de los embalses ha dado cobijo a especies ligadas a los medios acuáticos, como la focha común la cigueñuela, los somormujos y el zampullín común. Igualmente, esos lugares sirven de lugar de alimentación a las cigüeñas comunes que anidan en las distintas poblaciones.

Ø Espacios Naturales Protegidos:

La riqueza natural de este territorio no siempre viene recogida legalmente. A pesar de ello, en esta zona aparece una gran diversidad de Espacios Naturales Protegidos, siendo el más importante el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, protegido como tal desde el 13 de julio de 1979.

Además, aparecen Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPAS):

1. La situada ente las localidades de Santa Cruz de Mudela a Torrenueva.

2. De Cózar a Torre de Juan Abad.

3. Dos se localizan al norte y al este de Villanueva de los Infantes.


La importancia de este espacio radica en la protección de una zona esteparia en la cual aparecen el cernícalo primilla, sisón, ganga ibérica y avutarda, entre otras especies.

Otras figuras protegidas son los Elementos Geomorfológicos de Interés Especial como las dolinas de Villanueva de la Fuente, Montiel y Villamanrique y las depresiones kársticas en Villanueva de la Fuente y Villahermosa.

Ø Patrimonio arqueológico:

La información arqueológica existente es bastante abundante y abarca desde el paleolítico inferior hasta la época tardo medieval. Posteriormente se han localizado nuevos yacimientos en

algunos municipios como Alcubillas, Torre de Juan Abad y Villanueva de la Fuente a partir de trabajos de prospección sistemáticos a los que se añaden otras excavaciones arqueológicas realizadas desde los años 80 en algunos yacimientos de este territorio.


El gran número de yacimientos que se han catalogado en la Edad de Bronce nos hace cuestionarnos el vacío poblacional de épocas anteriores y preguntarnos como es posible que una zona que se encuentra despoblada en el Paleolítico de repente se encuentre con una semejante concentración de población en la Edad de Bronce, nos podemos plantear la llegada de un contingente humano muy numeroso o que se tratase de un incremento del substrato indígena todavía desconocido. Esto nos llevaría a plantear un modelo que explique el modelo de poblamiento de esta zona de forma satisfactoria.

Entre las excavaciones realizadas se han sacado a la luz una serie de estructuras de habitación, así como una gran cantidad de material arqueológico, destacando las cerámicas, los materiales líticos, encontrándose hachas, azuelas y molederas. Dentro de la industria ósea se han encontrado punzones, fragmentos de espátulas y puntas de flecha.


(En estas imágenes podemos ver el Toro y Anillo de Oro de Alcubillas, Hoz y Hacha pulimentada calcolíticas de Villanueva de los Infantes y un Vaso libador en Villanueva de la Fuente)

No hay comentarios:

Publicar un comentario